No soy muy partidaria de los casting para los personajes de un libro y ese tipo de cosas, porque creo que acaban influyendo en los lectores. Unas veces de una forma positiva y otras justo al contrario. Cuando leemos una novela, nuestra imaginación toma el mando y recrea los personajes, los escenarios... y así es como debe ser. Pero estos últimos días, mi correo y perfiles sociales empiezan a llenarse de emails y mensajes de lectores que sienten curiosidad por los protagonistas, por los lugares, por esos detalles que le dan vida a la historia.
Así que voy a intentar daos a conocer un poquito más sobre qué y quiénes se esconden en las páginas de El encanto del cuervo.
Nathan Hale.Nathan es el protagonista, eso ya lo sabéis. Es un poco canalla, demasiado temperamental e impulsivo De ese tipo de hombres que primero reacciona y después pregunta. No tiene buena fama, es imposible tenerla cuando coleccionas chicas como si fueran cromos, ganas pasta con apuestas ilegales y no tienes reparos en liarte a golpes con el primero que te mira mal. Pero Nathan tiene buenas razones para ser así, y bajo esa coraza se esconde alguien que dice cosas como estas:
Yo no soy el chico bueno y perfecto de la peli. Lo siento, es lo que hay y creí que lo sabías. Hago apuestas, soy capaz de darle una paliza a un tío si creo que la merece o romperle el brazo al que se atreva a tocarte. No suelo poner la otra mejilla, y quien me la juega lo paga caro. Lo que ves es lo que hay.
Mientras me documentaba, busqué nombres y apellidos que, de verdad, estuvieran relacionados con personas reales que tuvieran que ver con la trama mágica e histórica que se percibe en la novela. En particular, el apellido Blackwell tiene relación con muchos clanes escoceses e irlandeses con raíces basadas en la magia y en las leyendas celtas. En los barcos de colonos que llegaron desde Inglaterra al nuevo continente, apellidos como este o Bishop, al que también se ha recurrido mucho en la literatura, aparecían con mucha frecuencia en las listas de pasajeros. Supongo que os sonará muchísimo de otros libros, películas y series, pero no es un elemento al azar. Es uno de los apellidos "mágicos" con más historia. ¡Y el que más me gusta!
Abby Blackwell.Abby es fuerte y decidida. Su infancia no ha sido fácil. Nunca ha tenido un lugar al que llamar hogar, en el que establecerse. Durante años ha ido de una ciudad a otra de la mano de su madre. Sin más familia que esta y sin raíces, ha aprendido a vivir sin ataduras, a no encariñarse con las personas y con los lugares, a no depender de nadie:
Abby nunca había asistido a un oficio religioso, y no porque no creyera en Dios, creía. Nunca había asistido a una misa, por la misma razón que nunca había formado parte de un club de lectura o de un grupo de exploradoras o de cualquier otro acto que llevara consigo el tener que relacionarse con una comunidad de personas. «Si no vamos a quedarnos, para qué establecer lazos. Si no lo conoces, no lo echarás de menos», esos eran los mensaje que los años y los viajes continuos de la mano de su madre, cada poco tiempo, habían calado en su mente y en su carácter.
¿Dónde?![]()
Lostwick es un pueblecito imaginario, pero está inspirado en otros muchos más reales, como Wells, Ipswick o Salem. Bosques centenarios llenos de misterio, largas playas y casas de ensueño. Abby llega aquí por una serie de acontecimientos y sus consecuencias fatales: pierde a su madre y aparece de la nada un hombre que dice ser su padre. Tiene que decidir, o es él o un hogar de acogida; aunque bien visto, tampoco es que haya mucha diferencia cuando acabas viviendo con personas a las que no conoces, aunque estas tengan tu misma sangre. En el fondo, ella siempre ha deseado vivir en un sitio así. Fantaseaba con esas ideas cuando se quedaba embobada ante una serie de televisión o una película.
A veces los sueños se cumplen, pero no siempre como uno espera:
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Una ráfaga de aire frío los azotó y Abby se estremeció, abrazándose los codos. Olía a salitre y la humedad se le pegaba a la piel, estaban junto al mar. De pequeña siempre había querido vivir junto al mar y en una casa como aquella. La contempló pensando que, a veces, los deseos cumplidos eran demasiado crueles.
Diandra y Damien son los primeros amigos que Abby hace al llegar. Está unida ellos de una forma muy especial, sobre todo a Damien –si leéis el libro entenderéis hasta qué punto. Diandra es la reina del instituto, la chica popular. Es descarada y divertida, completamente opuesta a Abby y, aun así, se complementan perfectamente. Damien es el chico perfecto, lo tiene todo, es listo y carismático, brillante en todas sus facetas. Solo tiene un talón de Aquiles por el que sería capaz de fastidiarlo todo, ¡y no es el que estáis pensando!
Abby notó una mano en el hombro; dio tal respingo que cayó hacia atrás y quedó sentada en el suelo. Diandra la saludó con la mano y una enorme sonrisa.
—¿Por dónde has…? —preguntó Abby sin apenas voz, al borde del infarto.
—Suelo subir por el arco de madera de la parte de atrás, da directamente a la terraza —susurró. Se arrodilló junta a la barandilla y observó el vestíbulo.
—¿Quién es? —se interesó Abby.
–Mi madre. —Sonrió al ver la cara de sorpresa de Abby—. Tranquila, no muerde… solo ladra, mucho.
Ray.
Este rubiales es el mejor amigo de Nathan. Vive por y para el surf, también para las chicas. Es el único que de verdad conoce el interior de Nat –así es como él le llama–, el que consigue hacerle entrar en razón cuando se descontrola y el que le cubre las espaldas.
Nathan empezó a sonreír y su cara se iluminó con un atisbo de esperanza. De repente lanzó un gruñido y saltó sobre Ray, abrazándolo por el cuello.
—¡Eres el mejor, el mejor! —Le quitó el gorro y le revolvió el pelo.
—¡El pelo no, el pelo no!
Ray se dio la vuelta intentando zafarse del abrazo de oso de su amigo. Sus carcajadas resonaban en el silencio del bosque. Jugando como dos niños, se daban puñetazos sin dejar de empujarse. Forcejearon y Ray trato de ponerle la zancadilla a Nathan.
—Hay una condición —consiguió decir Ray entre risas—. Espera a oírla antes de decir que sí.
—¿Qué condición? —preguntó Nathan, frunciendo el ceño.
Pamela.
Pamela apenas lleva seis meses en Lostwick. Se ha mudado a casa de su abuela, ya que sus padres han salido del país por trabajo. Es una chica sin complejos, que dice lo que piensa y no tiene prejuicios. Abby se convierte en su compañera de clase, también en su amiga y confidente.
—Abby, me has pedido ayuda y es lo que intento, ayudar. Pero no tienes por qué seguir al pie de la letra todo lo que digo, lo que hagas me parecerá bien. Si crees que no es buena idea, pensaremos en otra cosa. Solo espero que se nos ocurra algo antes de que sea tarde, empiezo a asustarme.
Rose.Lo siento, pero sobre ella no pudo contaros nada sin desvelar cosas importantes. Si os pica la curiosidad, espero que le deis una oportunidad a la novela.
Aaron Blackwell.
Aaron es el padre de Abby. Un hombre con un peso muy importante en la comunidad en la que vive, pero también es alguien con un pasado complicado del que no consigue despojarse.
—¿Por qué?
—Porque no sé por dónde empezar contigo, ni qué hacer, es como sostener entre las manos algo tan frágil que puede romperse con solo respirar. Todo esto me ha desbordado.—Y a mí, pero no me voy a romper —musitó ella, un poco sofocada. Agachó la cabeza sin entender muy bien a qué se refería Aaron.
—Podrías si no lo hago bien —suspiró. Se pasó la mano por la frente, demasiado abrumado por los acontecimientos—. Terminaremos esta conversación en otro momento más apropiado. —Dio media vuelta de regreso al coche.
Y este es Seth, el asistente de Aaron. Alguien decisivo en los acontecimientos que tienen lugar desde un principio. Distante y callado, su papel es importante. Ya lo veréis.
Estos son algunos de los personajes que vais a encontrar en El encanto del cuervo. Juntos dan forma a una historia cargada de...
ACCIÓN
MISTERIO
Y MUCHOS SENTIMIENTOS
¡Espero que os haya picado la curiosidad!
¡Otro día os cuento más cosas!